Después de 18.5 km. llegamos al final de nuestra primera etapa en Pasajes de San Juan. A los kilometros hay que añadir los esfuerzos de subir y bajar, que atacan especialmente a las rodillas. En el albergue de Santa Ana nos damos una larga ducha y luego mi abuelo me da un masaje con su "ungüento para caballos". En los hombros tengo dos pequeñas rozaduras de las correas de la mochila. Son tratados por Opa con tintura de yodo. ¡Mi abuelo lo tiene todo!