Estoy concentrado en el Camino de una forma especial; de momento no pienso mucho, pero sí disfruto de la naturaleza, de las impresiones y, de alguna manera, del esfuerzo.

En 20 minutos del "Camino Francés" uno se encuentra con más personas que en un día entero en la „Ruta de la Costa“. La tranquilidad es deliciosa. Naturalmente, se echa a veces de menos la falta parcial de infraestructura: no podemos recoger tantos sellos del peregrino, faltan posibilidades para comprar un bocadillo y los albergues no se encuentran tan a menudo. Hay que ir bien organizado.