En Orio, después de 16 km. y unos 6 km. antes del final de la etapa en Zarauz, hacemos una pausa para almorzar. El abuelo estuvo en la farmacia para comprar un repuesto del „Ungüento de caballos“, porque lo que traíamos con nosotros ya se acabó. Como en España no se conoce nuestro ungüento, nos ofrecieron como alternativa la crema Voltarén.
Mis hombros todavía me molestan, pero mis piernas se sienten muy en forma.